Cuentos Literarios


¿QUE ES EL CUENTO LITERARIO?

El cuento literario es un texto en prosa, narrativo y de ficción, alejado de todo propósito didáctico o moralizante,  tan breve que puede ser leído de un sentada en el curso de no muchos minutos, centrado en un único tema, sin ninguna dispersión ni elementos accesorios, autónomo semántica y formalmente, y elaborado con la intención muy específica por parte del autor de conseguir, con concentrada intensidad, un efecto o impresión momentánea, impactante,  indivisa y satisfactoria en el destinatario que es el lector.



La limitación del cuento literario a un extensión corta, la necesidad de que provoque, con esa forma breve, esa señalada impresión indivisa sobre el lector, explican y exigen la primera característica esencial de este género narrativo: la síntesis o concentración, porque un buen cuento es el resultado de un minucioso trabajo de reducción, eliminación y depuración llevados al límite, hasta dejar la narración despojada de todo aquello que no sea rigurosamente necesario; proceso de síntesis, pues, desde el tema claramente delimitado y el núcleo argumental bien definido, para que sea fácilmente recordado y susceptible de ser “contado”.

Además, los cuentos literarios funcionan independientemente y con plena autonomía, desligados de los bloques narrativos de las viejas colecciones tradicionales o los extensos compendios narrativos medievales y renacentistas engarzados mediante un hilo conductor.









CARACTERÍSTICAS DEL CUENTO LITERARIO


Un cuento literario no es sólo una narración breve. Presenta varias características que lo diferencian de otros géneros narrativos:
Narrativo: está construido a partir de una sucesión de hechos. Se sostiene por la trama, a diferencia de la poesía.
  • Ficción: aunque en algunos casos puede basarse en hechos reales o ser una ficción de un marcado realismo, un cuento  para funcionar debe  recortarse de la realidad.
  • Argumental: tiene una estructura de hechos entrelazados (acción – consecuencias) en un formato de : introducción – nudo – desenlace.
  • Única línea argumental: a diferencia de la novela, en el cuento todos los hechos se encadenan en una sola sucesión de hechos.
  • Estructura centrípeta: todos los elementos que se mencionan en la narración del cuento están relacionados y funcionan como indicios del argumento.
  • Un sólo personaje principal: aunque puede haber otros personajes, la historia hablará de uno en particular, que es a quien le ocurren los hechos.
  • Unidad de efecto: comparte esta característica con la poesía: está escrito para ser leído de corrido de principio a fin. Si uno corta la lectura, es muy probable que se pierda el efecto narrativo. La estructura de la novela permite leerla por  partes.
  • Brevedad: por y para cumplir con todas las demás características, el cuento es necesariamente breve.








ESTRUCTURA DEL CUENTO LITERARIO

El cuento  literario tiene una estructura del tipo: Introducción –  nudo - desenlace

En la introducción, se presentan los personajes, el escenario, y demás elementos que conforman la normalidad de la historia. Puede representarse con él había una vez del cuento de hadas. Es importante tener en cuenta que la normalidad puede ser algo completamente anormal, terrible o fuera de lo común; pero, presentado como introducción, pasa a ser la normalidad de ESA historia. La introducción sirve también para inducir al lector hacia el conflicto.
El nudo inicia cuando aparece un elemento de tensión que rompe con la normalidad planteada en la introducción. Se podría representar con el  Pero un buen día de los cuentos tradicionales. La ruptura genera consecuencias, que pueden a su vez generan otros puntos de tensión y de ruptura, con sus respectivas consecuencias, etcétera. Esta sucesión de conflictos encadenados va generando la trama del cuento.

Llegado un punto de tensión determinado, ocurre algún hecho que reordena estos elementos y establece una nueva normalidad. A este punto se lo conoce como final o desenlace. Se lo podría representar con el hasta que al fin... del cuento clásico.

Esta nueva normalidad puede ser similar a la previa al conflicto o mejor o peor o completamente diferente. Lo importante es que el desenlace deja planteado como serán las cosas a partir de ese momento. Muchos cuentos eliden el desenlace, dejándolo planteado o inducido a partir de un hecho determinado. A esta estructura se la conoce como final abierto y es muy utilizada por autores del siglo XX.

Muchas novelas tienen también una estructura argumental. La diferencia radica en que en el cuento, la estructura argumental es el todo de la narración; en cambio, en la novela conviven una cantidad de elementos ajenos al argumento que sirven como complemento estético de la historia.









LOS TRES CERDITOS...


Había una vez tres cerditos que eran hermanos y vivían en el corazón del bosque. El lobo siempre andaba persiguiéndolos para comérselos. Para escapar del lobo, los cerditos decidieron hacerse una casa. A todos les pareció una buena idea, y se pusieran manos a la obra, cada uno construyendo su casita.
-La mía será de paja - dijo el más pequeño-, la paja es blanda y se puede sujetar con facilidad . Terminaré muy pronto y podré ir a jugar.
El hermano mediano decidió que su casa sería de madera:
-Puedo encontrar un montón de madera por los alrededores (explicó a sus hermanos), construiré mi casa en un santiamén con todos estos troncos y me iré también a jugar.
El mayor decidió construir su casa con ladrillos.
- Aunque me cueste mucho esfuerzo, será muy fuerte y resistente, y dentro estaré a salvo del lobo. Le pondré una chimenea para asar las bellotas y hacer caldo de zanahorias.
Cuando las tres casitas estuvieron terminadas, los cerditos cantaban y bailaban en la puerta, felices por haber acabado con el problema:
 -¡No nos comerá el Lobo Feroz! ¡En casa no puede entrar el Lobo Feroz!
Entonces surgió de detrás de un árbol grande el lobo, rugiendo de hambre y gritando:
-Cerditos, ¡os voy a comer!
Cada uno se escondió en su casa, pensando que estaban a salvo, pero el Lobo Feroz se encaminó a la casita de paja del hermano pequeño y en la puerta aulló:
-¡Soplaré y soplaré y la casita derribaré!
Y sopló con todas sus fuerzas: sopló y sopló y la casita de paja derribó.
El cerdito pequeño corrió lo más rápido que pudo y entró en la casa de madera del hermano mediano.
-¡No nos comerá el Lobo Feroz! ¡En casa no puede entrar el Lobo Feroz!, decían los cerditos.
De nuevo el Lobo, más enfurecido que antes al sentirse engañado, se colocó delante de la puerta y comenzó a soplar y soplar gruñendo:
-¡Soplaré y soplaré y la casita derribaré! La madera crujió, y las paredes cayeron y entonces los dos cerditos corrieron a refugiarse en la casa de ladrillo del hermano mayor.
-¡No nos comerá el Lobo Feroz! - Cantaban los cerditos.
El lobo estaba realmente enfadado y hambriento, y ahora deseaba comerse a los Tres Cerditos más que nunca, y frente a la puerta bramó:
- ¡Soplaré y soplaré y la puerta derribaré! Y se puso a soplar tan fuerte como el viento de invierno
Sopló y sopló, pero la casita de ladrillos era muy resistente y no conseguía su propósito. Decidió trepar por la pared y entrar por la chimenea. Se deslizó hacia abajo... Y cayó en el caldero donde el cerdito mayor estaba hirviendo sopa de nabos. Escaldado y con el estómago vacío salió huyendo y escapó de allí dando unos terribles aullidos que se oyeron en todo el bosque. Se cuenta que nunca jamás quiso comer ningún cerdito.
Los cerditos no lo volvieron a ver. El mayor de ellos regañó a los otros dos por haber sido tan perezosos y poner en peligro sus propias vidas.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.







EL RENACUAJO PASEADOR


El hijo de rana, Rinrín Renacuajo
Salió esta mañana muy tieso y muy majo
Con pantalón corto, corbata a la moda
Sombrero encintado y chupa de boda.



-¡Muchacho, no salgas!- le grita mamá
pero él hace un gesto y orondo se va.



Halló en el camino, a un ratón vecino
Y le dijo: -¡amigo!- venga usted conmigo,
Visitemos juntos a doña Ratona
Y habrá francachela y habrá comilona.



A poco llegaron, y avanza ratón,
Estírase el cuello, coge el aldabón,
Da dos o tres golpes, preguntan: ¿quién es?
-Yo doña Ratona, beso a usted los pies.



¿Está usted en casa? -Sí señor sí estoy,
y celebro mucho ver a ustedes hoy;
estaba en mi oficio, hilando algodón,
pero eso no importa; bienvenidos son.



Se hicieron la venia, se dieron la mano,
Y dice Ratico, que es más veterano :
Mi amigo el de verde rabia de calor,
Démele cerveza, hágame el favor.



Y en tanto que el pillo consume la jarra
Mandó la señora traer la guitarra
Y a renacuajo le pide que cante
Versitos alegres, tonada elegante.



-¡Ay! de mil amores lo hiciera, señora,
pero es imposible darle gusto ahora,
que tengo el gaznate más seco que estopa
y me aprieta mucho esta nueva ropa.



-Lo siento infinito, responde tía rata,
aflójese un poco chaleco y corbata,
y yo mientras tanto les voy a cantar
una cancioncita muy particular.



Mas estando en esta brillante función
De baile y cerveza, guitarra y canción,
La gata y sus gatos salvan el umbral,
Y vuélvese aquello el juicio final.



Doña gata vieja trinchó por la oreja
Al niño Ratico maullándole: ¡Hola!
Y los niños gatos a la vieja rata
Uno por la pata y otro por la cola.



Don Renacuajito mirando este asalto
Tomó su sombrero, dio un tremendo salto
Y abriendo la puerta con mano y narices,
Se fue dando a todos noches muy felices.



Y siguió saltando tan alto y aprisa,
Que perdió el sombrero, rasgó la camisa,
se coló en la boca de un pato tragón
y éste se lo embucha de un solo estirón.



Y así concluyeron, uno, dos y tres
Ratón y Ratona, y el Rana después;
Los gatos comieron y el pato cenó,
¡y mamá Ranita solita quedó!



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